En otro lugar una chica de cabello café de cola de caballos caminaba tranquilamente en uno de sus laboratorios, este era gigante, tenía paredes blancas con repisas con diferentes sustancias químicas y minerales sobre ellas y algunas veces se podía encontrar cosas metálicas como circuitos fallidos.
Camine un poco y allí lo puede ver Noisy… mi maestro y se movía de un lado hacia otro como si fuese una máquina. Las fórmulas escritas parecen una mezcla entre física cuántica, ingeniería.
Lo miré asombra, mis ojos no podían parar de ver a ese chico, mi corazón latía con fuerza al pensarlo… era increíble.
Y con un movimiento rápido de él se giró hacia mí con una sonrisa y al mismo chasqueando los dedos de triunfo.
—¡Lo tengo!
Él al mirarme sentí un poco de vergüenza y miré hacia un lado un poco sonrojada, no sabía por qué.
—¿Qué pasa, Sohee? ¿No puedes seguirme el ritmo? —preguntó con esa sonrisa provocadora de siempre.
Al escuchar eso sacudí la cabeza y fruncí el cello quitando todas esas emociones extrañas y analicé él pizarrón garabateado durante unos segundos para enter lo que estaba haciendo.
—¿Por qué hablas de frecuencias como si las realidades fueran instrumentos musicales?
—Porque lo son. Cada dimensión vibra con una frecuencia cuántica única. Si logramos sintonizar esa frecuencia exacta por 4,22 segundos dentro de un campo de resonancia, se abre un puente de fase. Un canal entre realidades.
—¿Y cómo vas a estabilizar el portal sin que colapse por exceso de energía o ruido cuántico?
—Para eso... —se acercó a una cápsula metálica sobre una mesa, la abrió, y sacó un pequeño cilindro de cristal flotante suspendido en un campo magnético. En su interior, tenía una pequeña gema cristalina que tenía muchos colores como un corazón diminuto.l— ...usaremos el Catalizador de Interferencia Negativa Dimensional. Lo llamo C.I.N.D.
—¿CIND?
—Este dispositivo regula la energía en tiempo real. Si la frecuencia del portal varía, aunque sea una millonésima de Hertz, CIND ajusta el flujo de energía automáticamente. Es como un metrónomo cuántico con esteroides. Sin él, todo colapsaría en milisegundos.
Abrí los ojos. ¿Esto podía funcionar?
—Estás... completamente loco —susurré, conteniendo una sonrisa—. Pero si funciona...
Noisy se acercó al pizarrón y con un movimiento rápido agarro un gis, anotó la última fórmula y la subrayó con fuerza.
—Entonces... no necesitaremos atravesar la dimensión END. La traeremos aquí.
***
Pasaron tres días desde que le dije a Famtom sobre los rumores, en este tiempo intente entrenar con otros caballeros del búnker… pero no fue como lo esperaba… mientras pensaba eso sentí como si fuera a ese recuerdo.
Camine por los pasillos de la arena mientras comía algo para recuperar energías y pude ver como unos caballeros estaban practicando en grupos. Reían, intercambiaban ideas, corregía posturas.
Al verlos, sentí ganas de unirme, así que me acerque un poco a uno de ellos.
—¿Puedo entrenar con ustedes? —pregunté con una sonrisa.
Todos me miraron por un segundo, como si les hubiera hablado en otro idioma. Uno de ellos desvió la mirada, otro simplemente se encogió de hombros.
—Eh… tenemos equipo completo —murmuró uno.
—Sí, además... tú estás a otro nivel —añadió otro con una media sonrisa.
Era un cumplido, pero no lo sentía como uno.
—Entiendo…
Asentí en silencio, sin saber qué más decir y me fui, pero en mi interior sentía un poco de vacío, no lo sabía porque…
Después de pensar eso regresé a la realidad, y mientras caminaba hacia la arena para entrenar otra vez solo puede escuchar a un poco más de gente hablando sobre el rumor… y esto me molestaba un poco, pero dijo Famtom que no hiciera nada…
Cuando entre a la arena puede ver un chico de cabello blanco blandiendo su espada intensamente hacia los hologramas que aparecieron en su alrededor, era tan rápido que apenas lo podía ver con la vista y un arquero le disparo una flecha, pero él lo vio y con un movimiento rápido desapareció de la nada y apareció detrás del esqueleto y lo elimino de un solo golpe.
Camine hacia donde estaba él, y pude escuchar como estaba un poco agitada su respiración por el entrenamiento que estaba haciendo y al parecer sintió mi presencia que me miro con sus ojos verdes.
—¿Qué haces aquí Neon? ¿Viniste a entrenar?
Lo miré con una sonrisa porque no nos habíamos visto desde hace un tiempo.
—Jejeje, pues claro, pero no sabía que venías a entrenar aquí también.
—La mayor parte de las veces entreno solo… porque soy el segundo más poderoso caballero del búnker —Apretó su espada con fuerza. —Y gracias a eso me tienen miedo…
—Entiendo…
La verdad entendía lo que decía un poco… la mayoría de mis entrenamientos los he hecho solo porque nadie ha querido entrenar conmigo porque era muy fuerte… pero no lo soy… después de perder contra Voca entendí que tenía que entrenar más duro para poder vencerlo.
Lo miré con esa expresión triste. Era como verme a mí mismo. Y en ese instante supe que no podía seguir evitando a los más fuertes. Si quería crecer… tenía que enfrentar el miedo. A él. A mí mismo, así que…
—¡Yo quiero entrenar contigo!
Lo grite con todas mis fuerzas, y Destine al escuchar esto me miro sorprendí, al parecer no sabía qué responder.
—¿En serio…? —Lo dijo un poco dudoso, pero yo asentí.
—Por supuesto, si quiero mejorar, necesito enfrentarme a ti.
Lo dije con una sonrisa, él se quedó mirándome un poco y gracias a eso empecé a ponerme nervioso, pero me dio una sonrisa.
—Pues no te dejaré ganar fácilmente.
—¡Pues yo también!
¡Después de esto los dos nos colocamos en posición de pelea y arriba de nosotros apareció una cuenta regresiva de tres segundos… los dos nos miramos fijamente y justo en ese momento el holograma dio un sonido y a la par salió la palabra “GO!”
Al escuchar sus palabras, los dos nos movimos al mismo tiempo.
Corría hacia él cuando se me ocurrió algo: lanzar mi espada. Si lograba agarrarlo desprevenido, tendría una oportunidad real para vencerlo rápidamente.
Sin pensarlo, con un movimiento rápido y preciso, lancé mi espada directamente hacia Destine.
Pero él ni siquiera parpadeó, con un simple giro de muñeca, desvió mi arma hacia un lado como si fuera un juguete, y en ese instante… el recuerdo me golpeó.
Ese mismo movimiento… Era exactamente el mismo que usó Voca para derrotarme.
Apreté los dientes con fuerza. La rabia me quemaba por dentro.
¡No otra vez! ¡No voy a ser humillado de la misma manera!
—¡Ahhhh, no perderé! —grité.
Extendí mi brazo, y en ese mismo instante, la espada regresó a mi mano, impulsada por la habilidad Magnetic.
Y justo cuando la empuñé de nuevo…
¡Clang!
Nuestras espadas chocaron con un estruendo que resonó en toda la arena.
El impacto fue tan fuerte que el aire tembló. Nos quedamos frente a frente, espadas cruzadas, mirándonos con una sonrisa desafiante, y entonces, Destine retrocedió un paso.
Usó el impulso para girar sobre sí mismo. Un giro completo, limpio, de trescientos sesenta grados.
¡Zas!
Su espada cortó el aire directo hacia mi cuello. Apenas pude reaccionar, y con el filo de mi arma, bloqueé el golpe en el último segundo, aun así, la fuerza fue brutal. Me hizo retroceder tambaleando hacia la derecha.
Me limpié el sudor de la frente, con una sonrisa tensa. Mi corazón latía como si quisiera escapar de mi pecho, Destine se acercó con calma, estirando un poco los brazos, relajado.
—A decir verdad, Neon… tienes talento. Serías un buen caballero. Casi nadie ha podido esquivar ese ataque mío.
—¿En serio? Gracias… —dije, intentando sonar confiado—. Solo estaba calentando. Aún no uso todo mi poder.
—Lo sé desde el principio —respondió con una sonrisa—. Quiero ver ese poder. El del torneo. Esa aura amarilla. Quiero sentir lo que es pelear contra alguien que roza el nivel de un Caballero de Primer Nivel… como Voca.
Y sin darme tiempo de responder, se lanzó hacia los lados con movimientos tan rápidos que mis ojos apenas podían seguirlo.
—¡Este movimiento lo llamo Rayo Devastador! —gritó.
No sabía desde dónde atacaría. Intenté seguirlo con la mirada, pero era imposible. Su velocidad era un borrón de sombras y sonido.
Y entonces… lo escuché, un murmullo que heló mi sangre.
—Magic the Word: Teleportation.
Esas palabras… ¡Las mismas que usó Voca en el torneo!
Tragué saliva. El miedo se coló en mis huesos. Destine estaba a punto de alcanzarme… y desapareció, ¡Desapareció!
—¡Oye, aquí atrás! —gritó su voz.
Me giré tan rápido como pude, pero ya era tarde.
¡Crack!
Un golpe seco, directo a mi rodilla. Caí al suelo, sin equilibrio, intenté levantarme, pero antes de que pudiera moverme, sentí el filo de su espada junto a mi cuello.
Levanté la mirada. Lo vi. Sonriendo. Tranquilo.
—Gané yo —dijo con calma.
Me quede mirándolo, no sabía que había pasado hace un instante, Destine al ver que no reaccionaba quito su espada de mi cuello y me dio la mano con una sonrisa.
Yo al ver esto volví a la normalidad y lo mire confundido y agarre su mano para levantarme.
—¿Que fue eso? —Pregunte, pero él sonrió un poco.
—Es mi habilidad especial, se llama telestrasportacion.
—¡Es increíble!
Apreté mis puños y me acerqué a él con entusiasmo, era espectacular la magia, yo quería hacer eso también, yo quería usar hechizos mágicos.
—Y como lo aprendo!?
—Pues…
Destine miro hacia un lado para no hacer contacto visual, su cara era de un poco complicada y allí entendí que era imposible.
—La verdad… no se puede, esta habilidad no se aprende, solo se nace.
—Oh… entiendo.
Baje la mirada, la verdad estaba un poco desanimado, pero no importa, Destine al ver la situación me miro preocupado como si no supiera qué hace.
—Tranquilo, ¿no pasa nada, puede ser que no tengas esta habilidad especial, pero que hay de tu aura amarilla que usaste en el torneo?
—Sobre eso… aún no sé cómo funciona mi poder.
Destine me miro con curiosidad, pero después coloco su mano sobre mi hombro.
—Tranquilo, solo hay que tener paciencia y un día lo podrás controlar… porque “el que es paciente en el mundo obtiene todo lo que quiera…”
Al escuchar lo que había dicho lo mire un poco atónito, no que decir, pero al verlo tenía una gran sonrisa, y pude ver que no era el mismo guerrero que había visto en el torneo… alguien reservado y serio que no se abría mucho, pero ahora… era todo lo contrario.
Después de esto Destine y yo entrenamos un rato más hasta que oscureciera en la superficie.