Han pasado dos meses desde aquel entrenamiento, andaba caminando por la ciudad, el lugar era tranquilo porque por las mañanas no había mucha gente recorriendo las calles, yo disfrutaba de la vista por primera vez… ahora que lo pienso, esto es obra de mi esfuerzo como comandante.
Pero bueno, el día de hoy está siendo muy raro, al parecer, hoy en la mañana Charlotte se comportó muy rara, cuando fui a mi oficina tranquilamente…
Caminaba tranquilamente lleno a mi oficina y abrí la puerta para entrar.
—Buenos días, Charlotte.
Después de decir eso, ella, que estaba buscando algo en el piso salto, sobresaltaba, colocando todo su cuerpo recto, como si fuera un gato asustado.
—¿Buenos días, Famtom ¿Cómo dormiste?
—Como siempre.
Dije eso estirando un poco mi cabeza hacia un lado.
—Qué bueno —Lo dijo con una sonrisa un poco nerviosa, yo noté eso, algo estaba pasando aquí —Famtom creo que sería mejor que te tomes el día libre, ¿no?
Cuando escuche eso, abrí los ojos un poco por la sorpresa, en ese momento coloque mi mano en la barbilla para pensar.
“Un día libre… pues no he tenido ninguno durante estos meses, así que no vendría mal, pero… tengo trabajo que hacer ahorita mismo.”
—Creo que no podre, hoy tengo que entregar algunos reportes al jefe.
—Hablando de eso, ya le dije al jefe que si podías tomar el día libre hoy y dijo que sí.
Ella me lo dijo con una sonrisa un poco siniestra, al mi parecer, yo aún no estaba convencido, esos reportes eran importantes, así que no los podía atrasar un poco más.
—Aun así, quiero trabajar un poco.
—No, tomarás ese día libre.
La miré y esa sonrisa que tenía en par en par, con los ojos cerrados, me daba un poco de miedo, al parecer si decía otra vez que quiero trabajar, me diría que me iba a matar, así que acepte.
—Bueno, al rato vengo, voy a comer algo… —Mire a Charlotte —No quieres comer algo?
—No, hoy estoy bien. —Después su sonrisa cambio a una más linda, y no pude mirarla por la vergüenza.
—Está bien.
Y eso fue lo que paso en la mañana… después de eso fui con Neon, pero al parecer no estaba en su habitación y luego de eso fui a la oficina de Cliffy y Alice, pero cuando fui allí…
Toque la puerta un poco, pero después de eso en el interior de la habitación se pudo escuchar unos ruidos de sorpresa, al parecer estaba pasando algo allí adentro.
—¿Puedo pasar? ¿Todo está bien?
—Ah, si por favor Comandante Famtom, pase —Respondió Alice siempre tímidamente.
Abrí la puerta y adentro vi como Cliffy y Alice me daban una sonrisa un poco extraña.
—¿De casualidad sabrán en donde estará Neon?
Después de preguntar eso, las dos chicas se miraron fijamente como si supieran algo.
—No, nada. —Dijo Cliffy con un tono neutro.
—Para nada. —Y después Alice siguiendo su ejemplo.
Entrecerrar los ojos para verlas un poco más a las dos y ellas se colocaron un poco nerviosas, pero después di un suspiro.
—Bueno, gracias por la información.
—De nada… —Respondió Cliffy.
Un rato después de no hacer nada, fui a la oficina de Noisy, pero cuando llegue una asistente dijo que estaba en el laboratorio, así que fui para allá.
Quería ver al jefe para decirle sobre el reporte que hacer de este mes para las finanzas del búnker, pero cuando llegue al laboratorio, abrí la puerta y pude ver como Sohee y Noisy andaban muy entusiasmados construyendo algo.
—¡No! ¡Si colocamos este capacitor de 120uf en el circuito dara más frecuencia de la debida y eso no es lo que queremos! —Dijo Sohee un poco enojada.
—Jajaaja, podría ser verdad, pero estaba pensando en otra función interesante para esta bomba. —Dijo un poco confiado.
—En serio!? —Después Sohee cambio de actitud a una más animada.
Cuando vi a Sohee de esta manera, parecía muy feliz, alado del jefe, asi que no los interrumpí, ah y también estaba Voca tomando un poco de té en una mesa mientras veía a esos dos.
Regresando a la realidad, todos andan actuando muy extraño, cuando vuelva a la oficina confrontaré a Charlotte para que me diga lo que está pasando.
Mientras caminaba pude ver a Neon, mirando algo en una vitrina de cristal de una tienda, yo me acerque para ver que estaba viendo.
—Hola Neon.
Cuando dije eso, me miro fijamente y se sobre salto.
—AH, Famtom! ¿Qué haces aquí?
—Solo caminaba un rato, porque hoy es mi día libre.
—Ah… entiendo.
Neon miro hacia un lado para evitar contacto visual, ¿También él está ocultando algo? Mire los que estaba viendo antes y pude ver una cámara.
—¿La quieres? —Pregunte, apuntando con el dedo.
—Ahhh, no solo es que andaba viendo eso por casualidad, pero puede ser que la compre.
—Entiendo, si quieres yo te puedo acom.
—No, es bien, yo ya soy alguien que puede elegir este tipo de cosas.
—Es la primera vez que escucho decir eso.
—Jejeje, pero bueno, no importa, deja entro a la tienda, ¡Adiós!
Después de eso Neon entro a la tienda rápidamente, pero bueno… “No sé qué me incomodaba más… que todos actuaran raro, o que yo fuera el único que no tenía idea de por qué.”
***
Neon entro a la tienda apresuradamente, y después de ver que Famtom no lo siguió, se recargó en la pared dando un suspiro de alivio.
—Fiu… casi me descubren… pero bueno vamos a ver que era esa cosa.
Comencé a caminar en la tienda, el lugar estaba muy viejo y a la vez deteriorado, el suelo era sucio y las repisas donde se mostraban las cosas eran de madera podrida que olía mal.
Allí pude ver un señor viejo con una gran barba de color blanca, su ropa estaba sucia y un poco rota como hubieran pasado días sin lavar, y su escritorio había muchas botellas vacías.
—!Hip! Bienvenido… hip, compra lo que guste.
Me dijo con una sonrisa mientras sostenía una botella de vino, en su mano y después de eso se la tomo, yo lo ignore dando le una sonrisa un poco extraña, la verdad no me quería relacionar mucho con este tipo de personas.
Después caminé por los pequeños pasillos que contenían objetos extraños, algunos estaban rotos, eran chatarra y otros estaban muy sucios, hasta encontrarme con la cámara que había dicho Famtom.
El agarre y comencé a examinarla, era una cosa rectangular con un pedazo de cristal al frente.
“Como funcionara esto” pensé mientras lo miraba fijamente.
—Ohhh… esa cámara la usaba mi esposa y mi hija, para tomar muchas fotos, !Hip!
—¿Fotos? ¿Qué es eso? —Lado la cabeza hacia un lado.
—No lo sabes chico… !Hip! Bueno, las generaciones de hoy son muy ingenuas, es algo con lo que puedes guardar recuerdos.
—Recuerdos… —susurre.
No sabía que decir, pero el señor agarro la cámara con fuerza y después se apunto a mí mientras estaba sorprendido y posteriormente se escuchó un “Click” y algo de la cámara salió, era un papel.
Era una imagen… bueno a decir mejor era yo.
—¡Increíble!
Al ver esto abrí los ojos de la emoción.
—¡Verdad, es increíble… hip! Lástima que no podre usarla ya.
—¿Eh? ¿Por qué?
Lo miré fijamente, pero el señor después de eso coloco una cara de melancolía y se puso a bebe otra vez.
—Eso, no es de tu incumbencia, chico.
—Entiendo…
Después de eso agaché la mirada, me sentí un poco extraño, pero el señor no me paro de ver, en su cara se podía ver una mezcla de melancolía y asombro, pero solo duro unos segundos, él se dio la vuelta y se fue a su escritorio otra vez pero sin antes decir algo:
—Te lo regalo chico…
Lo miré sorprendido, quería ver su rostro, pero no podía porque estaba de espaldas, así que le di una sonrisa.
—En serio!?
—S-sí… ya vete, no estoy de humor.
—Eh… está bien.
Después de decir eso no seguí la conversación y comencé a caminar a la salida.
Cuando Neon se fue, la puerta se cerró con un clic seco… y el silencio se volvió abrumador.
El hombre, sentado en la penumbra, no alzó la mirada. Solo permaneció allí, con los hombros encorvados por el peso de los años… o de la culpa.
Sus dedos temblorosos apretaban una botella medio vacía. El vidrio crujía levemente bajo la presión, como si fuera lo único que podía romperse en ese momento sin consecuencias.
Una gota cayó. No del cielo… sino de sus ojos.
Luego otra.
Y otra más.
Las lágrimas resbalaron por su rostro arrugado en silencio, hasta golpear el suelo frío.
—Carla… Emilia…
Los nombres escaparon de sus labios como un rezo perdido, como ecos de un pasado que aún sangraba. Su voz se quebró al pronunciarlos, temblorosa, casi infantil. No miraba al frente, ni al cielo… solo al suelo, como si temiera encontrarse con sus rostros entre las sombras.
Las lágrimas seguían cayendo. Pero él no las limpiaba.
Porque ya no le quedaban fuerzas.
***
Después de un rato, Famtom caminaba por los pasillos del bunker, el lugar no había mucha gente y sus propias pisadas se podían escuchar, tenía agachado la cabeza, como si estuviera un poco desanimado.
“Ha sido un largo día… no lo sé, pero siento como si algo me faltara en mi interior” alzó la cabeza y mire al frente, mis ojos estaban muy débiles para seguir “Al parecer… aún no merezco ser feliz del todo…”
Llegue a la puerta de mi oficina y comencé abrirla poco a poco y justo antes de entrar…
—¡Feliz Cumpleaños Famtom! —Gritaron muchas personas conocidas.
Mis ojos se abrieron atónitos por lo que estaba pasando, pude ver a todos mis amigos… Charlotte, Neon, Cliffy, Alice, Sohee, Noisy, Voca, todos estaban aquí.
—Thc! Porque no funciona esta cosa —Dijo Sohee examinando algo que tenía en sus manos. —Tendría que ser una bomba de confeti.
Ella le dio vuelta y empezar a ver el tubo y después de eso, exploto enfrente de su cara, todos los que estaban allí se comenzaron a reír y Sohee dio un puchero.
—Jajaja, te dije que le faltaba potencia. —Dijo Noisy.
—¿Qué está pasando aquí…? —Dije sin poder procesarlo todo.
Pero al escuchar eso, una chica de cabello rojo frunció el cello y comenzó a gritar.
—¡Que estás diciendo! Sí, estamos festejando tu cumpleaños, por lo que tengo entendidos cumples 22 años, ¿no?
Dijo con una sonría al final, Alice, que estaba alado suyo, estaba un poco preocupada de que Cliffy allá alzado la voz.
—Señorita cliffy, mejor hay que bajar la voz.
—¡Que dices, si hay que estar de ánimos!
Charlotte los miro con una sonrisa y después sé a mí agarrándome mis manos y posteriormente las coloco en su pecho.
—¿No estás feliz?
Esa pregunta me sorprendió, pero respondí sinceramente.
—No, si estoy feliz, pero no entiendo, ¿Por qué hicieron esto?
—Porque todos aquí te queremos Famtom… aunque seas muy serio a veces, eres nuestro amigo.
Ella se recargó en mí y pude ver sus ojos verdes tan resplandecientes, y sus labios de color carne, en ese momento sentí como si me hechizaran y justo de tocarlos me paro con su dedo haciéndome volver a la normalidad.
—¿No tendrías que decir algo a los demás?
Los miré todos me miraban, Neon, que estaba allí estaba muy emocionado, Cliffy me miro un poco avergonzada por lo que había visto, Alice cuando la vi aparto la mirada, Sohee me dio su misma cara de siempre y Noisy y Voca, me miraron fijamente con una sonrisa.
—Muchas gracias, amigos. —Después de eso les di una sonrisa y todos me miraron igual.
Charlotte, que estaba alado mío camino al frente y aplaudió y con un grito de ánimo dijo:
—Pues bueno que comience la fiesta.
—¡Vamos! —Gritaron todos.
En ese momento, Charlotte me agarró de la mano con una energía que daba miedo y comenzamos a recorrer todo el lugar como si fuéramos niños hiperactivos en su primer día de feria.
Mientras ella me arrastraba de un lado a otro, mis ojos se desviaban a lo que estaban haciendo los demás... y la escena era digna de una comedia absurda.
Voca, por ejemplo, estaba sentado en paz, comiéndose una sopa de fideos como si fuera un monje budista. No pestañeaba, no hablaba, ni siquiera respiraba. Solo sorbía los fideos con una concentración que asustaba.
—Ssshhhllrrrp...
Stores, que acababa de llegar, lo miraba como si acabara de presenciar un ritual secreto.
—¿Voca… estás bien?
Voca no respondió. Solo alzó un pulgar sin dejar de tragar fideos.
Mientras tanto, Sohee y Noisy jugaban cartas con una tensión que podría romper la mesa.
—¡¿QUÉ?! ¡¿DÓNDE APRENDISTE ESE TRUCO SUCIO?! —gritó Sohee, azotando la mesa tan fuerte que las cartas volaron.
—Jajaja, ¿ves? Los juegos mentales son mi especialidad. —respondió Noisy, girando su carta ganadora como si fuera un mago.
Charlotte volvió a jalarme sin aviso, casi me desarmó el brazo, y antes de que pudiera reclamar algo, vi a Cliffy y Neon frente a frente… en un duelo de vencidas que parecía una batalla final.
—¡¿CREES QUE VOY A PERDER, IDIOTA?! ¡SOY LA COMANDANTE DE TERCER RANGO! —gritó Cliffy, con el ceño fruncido y la vena de la frente a punto de estallar.
—¿Comandante? ¿Y eso qué? ¡Yo he vencido a cien slimes con una sola mano! —respondió Neon, con una sonrisa seria. Sí, eso es posible. Al parecer.
Alice los miraba desde atrás con cara de terror.
—¿Pero qué clase de fuerza bruta tienen estos dos…?
Finalmente, Charlotte y yo terminamos en mi oficina, donde estaba Destine tomando un té, conversando, riendo y disfrutando el momento. Nos sentamos uno junto al otro. Ella hablaba animada mientras yo simplemente la escuchaba… y sin darme cuenta, el tiempo se me fue como agua entre los dedos.
Por un momento… todo fue perfecto. Y mientras las risas llenaban la habitación… no pude evitar preguntarme cuánto duraría esta paz…
En ese Neon dio un grito que se escuchó por toda mi oficina.
—¡Oigan! ¡Vamos a tomar un recuerdo!
Dijo alzando una cosa negra que tenía un lente, entre sus manos, era una cámara vieja… era la misma que Neon había visto en la mañana en aquella tienda y al pensar como había relacionado me dio un poco de risa.
—¡Guau! No sabía que tenías una cámara. —Dijo Cliffy impresionada, pero haciéndole una cara sarcástica.
—Deja traigo un pupitre para colocar la cámara. —Dijo Charlotte que estaba alado mío, ella se levantó y trajo el pupitre y colocaron la cámara.
Después de eso, Neon miro la cámara y comenzó a presionar algunos botones, pero se rascó la cabeza como si no entendiera.
—¿Alguien sabe como usar esta cosa?
—¡Como que no sabes Idiota, si tú la compraste! —Dijo Cliffy un poco molesta, pero tenía razón, pero ella se acercó a la cámara empujando un poco a Neon. —Deja Checho.
La pelirroja se acercó a la cámara y después de unos segundos viéndola sin entender como servía comenzó a desesperarse hinchando un poco sus mejillas, Alice que estaba allí se acercó para ayudarla.
—Creo, que tendríamos que presionar este botón primero, ¿no?
Sohee que estaba jugando a las cartas con Noisy en una esquina al escuchar el alboroto y por no callarse se acercó a ellas dos y con unos pequeños golpes los saco de la cámara.
—Apártese gorilas, déjeselo a una científica, porque como ustedes son unos Homo sapiens, no sabrán como funciona esto.
La chica de cabello castaño comenzó a presionar muchos motones al mismo tiempo, parecía que sí le sabía a la cámara, pero después de un rato quedo igual como Cliffy, pero cruzo los brazos y giro su cabeza.
—Al parecer encontraron el primer modelo que había hecho de una cámara.
Dijo Noisy que estaba guardando las cartas y por eso no había aparecido, agarro la cámara y comenzó a verla fijamente.
—¿Primer modelo? —Dijo Neon ladeando la cabeza.
—Si, se la había hecho para un amigo… —Después de eso Noisy coloco una cara un poco rara, pero después cambio de ánimo.
—Significa que sabe como usarla no!?
Noisy miro a Neon y le dio uan sonrisa juguetona.
—Se me olvido como funcionaba.
Todos los miramos con una cara rara, pero bueno, no le podíamos decir nada por qué era el jefe del búnker.
Después de esto, Charlotte dio un suspiro y miro a la cámara.
—Creo que ya no la podremos usar.
Al ver a Charlotte decaída me levanté, no quería verla de esa forma y fui directamente hacia ella agarrándola del hombro, ella me miró fijamente sorprendida.
—Deja lo intento.
Ella asintió un poco y se movió a un lado, mire la cámara antigua y comencé a mover algunas cosas, al parecer había algunos símbolos que parecían indicaciones, pero ya estaban un poco borrados, pero creo que entiendo un poco, después de unos minutos había terminado de configurar la cámara.
—Listo ya quedo.
—¡Guau! ¡Cómo lo hiciste! —Dijo Neon sorprendido.
—Había símbolos medio borrados en los botones. Me tomó un rato, pero creo que entendí lo básico.
—¡Excelente, vamos a acomodarlos para tomar una foto entre todos!
Nos agrupamos frente a la cámara, empujándonos un poco entre risas y comentarios como “¡no me tapes la cara!”, o “¡yo quiero estar en la esquina!”. Coloqué el temporizador en diez segundos y corrí a colocarme junto a Neon.
—¡Rápido, rápido, que ya va a disparar!
En ese instante, una luz titiló en la cámara. Un destello.
¡CLICK!
Y luego… zzzzzt... salió un pequeño papel por la ranura frontal.
Lo tomé con cuidado entre mis dedos.
La imagen, aún algo cálida por haber salido de la cámara, mostraba a todos sonriendo. Algunos hacían poses tontas, otros simplemente se dejaban llevar por el momento… pero en conjunto, la foto capturaba algo más que rostros: era un pedazo de paz.
Me quedé mirándola unos segundos. Luego, me giré hacia Neon y le extendí la mano.
—Toma… es tuya.
—¿Qué…? ¿En serio? —preguntó sorprendido, con los ojos bien abiertos. Por un segundo, juraría que brillaban, como si guardaran estrellas dentro.
Asentí con una leve sonrisa.
—Creo que tú te mereces esta foto más que nadie.
Me miró sin entender del todo, así que añadí, bajando un poco la voz:
—Fuiste tú quien nos reunió. El que hizo que esto —señalé la sala, la gente, todo— existiera. Fuiste tú quien me cambió… y estoy seguro de que también cambiarás a muchos más.
Me quedé en silencio un instante. A veces, lo que uno siente es difícil de decir sin romperse un poco por dentro.
—Solo espero, Neon… que sigas haciendo por otros lo que hiciste por mí.
Él bajó la mirada hacia la foto y por un momento, el bullicio de la sala pareció alejarse. Su sonrisa fue suave… casi triste, como si entendiera lo que significaba guardar ese instante.
Y luego la abrazó contra su pecho.
—Gracias… —susurró—. La cuidaré… como si fuera lo más importante que tengo.
Y en ese silencio contenido, entendí algo: “a veces, los recuerdos más valiosos no son grandes batallas ni hazañas épicas, sino esos pequeños momentos… donde uno se siente, por fin, en casa.”
Después de eso Charlotte vino con Noisy que tenía un pastel, pero era de color carne… un segundo, abrí los ojos sorprendidos, no me digas que es un pastel de…
—Exactamente, Famtom, es un pastel de carne.
Dijo Charlotte, mientras me tomaba por los hombros y me guiaba hasta una silla.
Noisy se acercó como si fuera un mesero elegante y colocó el pastel frente a mí.
Lo observé en silencio. Se veía igual… exactamente igual…
Y entonces, el recuerdo volvió.
Estaba sentado en una cabaña pequeña. El anciano, inclinado sobre el horno, revisaba algo con cuidado.
—Ohh, vamos… ¿Qué quieres ahora, abuelo? Te dije que andaba entrenando…
Él me miró de reojo con una sonrisa tranquila.
—Voy, voy… apenas acaba de cocerse.
—¿Cocerse?, pregunté curioso.
Se giró. En sus manos… el mismo pastel. El mismo aroma.
Volví al presente, tragando saliva. Cliffy, a mi lado, lo miró confundida:
—¿No se supone que un pastel debe ser dulce? ¿Por qué uno de carne?
Charlotte sonrió, como si ya supiera que alguien diría eso.
—Pues bueno, tú vienes de los países del sur que son más ricos, pero, en cambio, nosotros venimos de los países del norte, allá no tenemos mucho dinero, pero tenemos una tradición de que si un guerrero cumple años se le festeja con un pastel de carne y aparte…
Ella sacó algo de uno de su bolsillo, eran cosas pequeñas, pero un poco largas de color blanco, eran velas, ellas las coloco una por uno hasta que fueron 22 y una más.
—También tenemos velas.
Al ver esto no pude pensar el significado de las en los países del Norte… eran para que las personas vivieran por más tiempo… mire un poco al techo… espero vivir otro año más.
Después de eso todos comenzaron a cantar aplaudiendo al ritmo de la canción para festejarme…
Famtom y los demás cantaban alegremente como si fueran un corro sincronizado, pero en los países del norte se podían velas por la cantidad de años que cumplía la persona y se colocaba una extra para que viviera otro año de vida más, pero… había un secreto que no muchos sabían…
Cuando un guerrero le daban una vela más, significaba otra cosa…
***
Después de unas horas, todos se fueron a sus casas porque ya era tarde, Charlotte se quedó en mi oficina para ayudarme a limpiar, pero en ese momento me pregunte algo, “¿Cómo sabía cuando era mi cumpleaños?”
La miré fijamente, mientras ella se recoge su cabello para limpiar más augustamente.
—Charlotte —Dije con una voz seria y ella volteó para verme. —¿Cómo supiste cuando cumplía años? Si nunca se lo había dicho a nadie…
Ella ladeó su cabeza un poco hacia su lado y me dio una pequeña sonrisa, y saco algo de su, era una tarjeta… un segundo, era la tarjeta que había perdido.
—¿Creí que la había perdido, en donde la encontraste?
La miré sorprendido, pero ella no me miro, sino que sus ojos miraban hacia abajo y sus mejillas estaban un poco rojas, como si estuviera avergonzada.
—Te acuerdas, cuando me quede dormida una vez en la oficina, en ese momento me colocaste tu abrigo y te fuiste, ¿no…? Pero cuando desperté estaba una tarjeta y cuando la vi pude ver tu cumpleaños… y esa fecha se me quedo grabada en mi cabeza…
En ese momento no pude contener la risa y comencé a reír.
—Jajajajaja.
Ella me miro un poco molesta y a la vez confundida, dando un puchero.
—¡De que te ríes!
La mire fijamente con mis ojos tan afilados y me acerque a ella y la agarre de la cintura y la lleve hacia mí, pude sentí su cuerpo, caliente y pude ver sus ojos más de cerca temblando un poco por lo sorprendida que estaba.
—De que, realmente, eres una chica hermosa.
Vi su rostro hermoso, sus labios de color carne que me hipnotizaban cuando la veía, en este momento no pude contenerme y mi rostro se acercó más al de ella, pero Charlotte no hizo ninguna resistencia, en ese momento y…
—Puedo pasar Famtom.
En ese momento alguien toco la puerta, nosotros dos pisamos tierna y nos separamos inmediato, acomodando nuestra ropa un poco avergonzados.
Era la voz del jefe, así que le dije con un tomo más calmado posible que pasara.
—Si pase.
En ese momento Noisy entro y nos vio, él entre cerro los ojos un poco analizando la situación como siempre, yo trate de estar lo más neutral posible, pero, en cambio, Charlotte no pudo gracias a su lenguaje corporal y el jefe dio un suspiro.
—Famtom necesito que vengas a mi oficina lo antes posible para un asunto urgente.
—Entendido.
Después salí del lugar sin mirar a Charlotte y cerré la puerta.
***
Mire como Famtom cerro la puerta, y en ese momento sentí como si todo mi cuerpo estuviera caliente, mis orejas y mis mejillas estaban muy rosas y me toque los labios, mientras pensaba en lo que había pasado, mientras se me estaba algo.
—Idiota… como te veré mañana a la cara…
***
En la sala del jefe, el silencio pesaba más que el aire.
Famtom estaba de pie, firme como siempre, mientras Noisy observaba el búnker desde lo alto, a través de una enorme pantalla que reflejaba las luces de la ciudad bajo la luna.
—¿Por qué me llamó, jefe?
Mi voz sonó seca, seria… como siempre. Pero Noisy no respondió de inmediato. Solo se giró lentamente, y por un instante, me miró en silencio. Entonces, esbozó una sonrisa suave.
—Veo que has vuelto a sentir… tus emociones. Y tu piel ya no es tan pálida como antes.
—Je… gracias, jefe. —respondí rascándome la nuca, sin saber qué decir exactamente.
Pero él no se rio. En cambio, suspiró con profundidad y murmuró:
—Famtom… creo que ya es hora de contarte la verdad.
Levantó la mirada hacia el techo, como si sus pensamientos fueran demasiado pesados para su espalda.
—¿De qué habla? —pregunté, ladeando la cabeza, confundido.
En silencio, se acercó al escritorio y deslizó hacia mí un archivo sellado. Su título, escrito con tinta negra descolorida, heló mi sangre:
“Archivo Confidencial: Comandante Famtom”
—¿Qué… es esto?
Extendí la mano, pero Noisy me detuvo con una sola mirada. Luego habló, con una voz más baja.
—Antes de que lo leas, deja contarte algo…. Hace cinco años, cuando tu aldea fue atacada, surgieron monstruos y mutantes, mi equipo y yo fuimos a defender ese pueblo y matamos a todos los monstruos, pero… no nos dimos cuenta de que había un mutante evolucionado —Noisy apretó los puños con fuerza —Y me ataco a mí…
Cinco años atrás…
Un grito desesperado resonó en el campo de batalla. Volteó rápidamente al escuchar el rugido. Sus ojos se abrieron de par en par al ver al mutante levantarse de entre los muertos. Intentó reaccionar, pero ya era demasiado tarde.
“¿Este es mi fin…?”
El mutante lanzó un golpe directo hacia mi justo hacia mi cráneo, con un solo impacto moriría al instante y si no… sería por el veneno, apreté los dientes con fuerza y justo antes de que ese golpe impactara hacia mí…
Un viejo se cruzó entre mí parando el ataque con sus dos brazos, yo no pude reaccionar, después de eso el anciano retrocede, pude ver que sus puños están imbuidos de una energía azul y comenzó a lanzarle una ráfaga de golpes hacia el monstruo, esquivando contratando… era imposible que alguien pudiera hacer eso.
El viejo en ese momento cayó al suelo cansado y el mutante aprovechó pesto para lanzarle un golpe crítico que lo lanzo hacia una casa, pero yo no iba a desaprovechar esta oportunidad, agarre mi espada y fui hacia el mutante y con un corte preciso lo corte en dos, luego entres, luego en cuatro, y seguidamente.
No le iba a dar el tiempo, pará regenerarse y así lo hice polvo, después rápidamente fui hacia el anciano.
—Anemic, trae un médico!
—¡Si señor!
Corrió el soldado hacia donde estaban los refugiados.
—Resista por favor, solo un poco más, no tardará de llegar la ayuda.
El viejo que estaba ensangrentado me acarició mi cabeza y con una voz dulce dijo…
—Quiero que me prometas algo… quiero que quedarás a alguien… su nombre es…
En el presente…
—…Famtom. —dijo Noisy en voz baja, mirando el reflejo de la luna en la pantalla.
Yo me quedé en silencio. Sentí cómo se me apretaba el pecho.
—Después de la batalla, te encontré. Un niño… con una mirada vacía. No supe qué hacer contigo, así que te llevé a un orfanato. No era ideal, pero pedía informes de ti cada semana.
Apreté los puños.
—¿Por qué… por qué nunca me lo dijo?
Noisy bajó la mirada como si sintiera algo de culpa.
—Porque en ese momento… tú no habrías sentido nada. Y él… tu abuelo… se hubiera lamentado.
Supe que tenía razón. Esas palabras me atravesaron como una flecha.
—Pasaron los años y ascendiste rápido, eras brillante… pero vacío. Solo obedecías. Solo existías. Entonces… cuando apareció una persona sin recuerdos, supe que era la oportunidad. Te puse esa misión, te hice convivir, reír… recordar. Ese fue el Plan Omega. Y funcionó, pero te mentí. Y eso también duele.
Mis piernas temblaban. Quise decir algo, pero no encontré palabras.
Mi voz… simplemente no salía.
De pronto, sentí cómo algo caliente caía por mis mejillas. Me llevé la mano al rostro.
Estaba llorando.
No recordaba la última vez que lo había hecho.
—Abuelo… —susurré, arrodillándome, roto. El peso de los años me cayó encima. Todo ese silencio, todo ese dolor contenido.
Noisy se acercó y me puso la mano en el hombro y dio una pequeña sonrisa.
—Este… es tu regalo de cumpleaños, Famtom. La verdad. Porque ahora puedes cargarla. Porque ahora… puedes sentirla.
***
Después de lo ocurrido con Noisy, Famtom estaba en su habitación.
Sentado frente a su escritorio, contemplaba en silencio una taza vacía. Con el dedo, la hacía girar lentamente, como si al hacerlo pudiera entender mejor todo lo que sentía.
“Es la primera vez… que siento esto, desde que mi aldea fue arrasada.”
Se quedó quieto, mirando el reflejo tembloroso en la superficie del escritorio.
“Durante años… me esforcé tanto por no sentir nada. Por enterrar todo.”
Su rostro mostraba una tristeza nueva, una que no sabía cómo manejar. Apoyó la cabeza en el escritorio, dejando que el mundo se volviera pequeño y silencioso.
La taza seguía girando, como si se negara a detenerse.
Cuando mi aldea fue masacrada… no me quedó nada. No familia, no esperanza, no futuro.
Entonces apareció Noisy… y me salvó.”
Cerró los ojos, respirando hondo.
Al principio solo era un niño perdido. Me reclutaron… y luché.
Ascendí rápido, me convertí en comandante.
No porque lo deseara… sino porque necesitaba un propósito.
Quería destruir a los monstruos que me lo arrebataron todo.
La taza finalmente se detuvo. El dedo de Famtom también.
Pero nunca sentí orgullo. Ni alegría.
Encerré mis emociones en un caparazón tan grueso… que hasta olvidé que estaban allí.
Miró la taza detenida, y sonrió con amargura.
Entonces… un día, el jefe me asignó una misión.
Guiar a un desconocido por el búnker. Una tarea sin importancia.
Se incorporó lentamente, mirando la luz que entraba por la ventana.
No entendía por qué Noisy me había dado esa responsabilidad.
Pero ahora… ahora lo comprendo.”
Sus ojos, por primera vez, brillaban con algo más que cansancio.
Solo quería que hiciera… amigos. Solo quería… que volviera a sentir.