Una segunda oportunidad

Los gritos del tipo pidiendo ayuda para mí, me despertaron - un paramédico por acá, aquí hay alguien herido, ¡Dense prisa! - Tirado ahí entre los escombros, bastante desorientado, pregunté - ¿Qué pasó? - pero sin recibir respuesta, ya que el tipo se levantó yendo al encuentro del paramédico para guiarlo hasta donde yo me encontraba, entre los escombros de lo que alguna vez fue mi departamento, los bomberos y voluntarios buscaban con diligencia, tratando de averiguar si había más personas atrapadas. Si en ese momento no hubiera estado tan aturdido, me habria dado cuenta, de la razón por la que seguían revisando debajo de los ladrillos y montones de tierra. - ¿Puedes escucharme? - me dice el paramédico que ya se encontraba en cuclillas a mi lado, mientras yo me encontraba tirado en el piso, entonces pasó su mano extendida frente a mi rostro como comprobando si estaba consciente.- Si, estoy bien, pero ¿Que fue lo que pasó? - Pregunté ansioso y confundido. - ¿No recuerdas que paso? - Pregunto el chico mientras me colocaba el tensiometro alrededor del brazo y se colocaba el estetocoppio - No, solo recuerdo que estaba acostado leyendo y después estaba soñando ¡un sueño extraño!- y entonces paré de hablar al darme cuenta de lo loco que sonaría, si hablaba acerca del sueño que estaba teniendo antes de despertar debajo de los escombros.

Mientras el paramédico checaba mi presión cardíaca empecé a notar que algo raro me pasaba, una calida energía recorría todo mi cuerpo y de pronto comencé a sentirme mejor, como si mi cuerpo se recuperase tan rápido que podía percibirlo, "Acaso voy a morir" pensé asustado pues habia escuchado historias de enfermos que habían experimentado una mejora repentina antes de morir. Ese pensamiento fue razón suficiente para no poner objeción cuando el chico dijo - Aún que parece que estás bien, tenemos que trasladarte a un hospital para hacerte una evaluación más cuidadosa y no tengas heridas internas.

Media hora después llegó la ambulancia y me llevo directo a la sala de urgencias del hospital más cercano, sin embargo; al no haber heridas visibles que tratar, termino en un cuarto de observación. "Creo que no voy a morir, definitivamente ya pasó bastante tiempo y todavía me siento bien" pensé mientras me volvía a sumergir en mis pensamientos intentando entender si fue un sueño muy realista o si realmente ocurrió aquel encuentro con la Diosa fue real.

" A la mejor ha sido una mala broma de mi cerebro, eso me pasa por andar leyendo tantas historias de fantasías". Entonces se abren las cortinas y una enfermera interrumpe mis pensamientos, abriendo un poco las cortinas me saluda y yo solo me limito a responder su saludo.

En el hospital sobresale el olor a cloro y desinfectantes que impregnan la atmósfera, cualquiera que hubiese estado un buen tiempo aqui, seguramente habría de recordar ese olor para siempre, mientras la enfermera camina hacia a mi cama, en su rostro aparece una ligera sonrisa, la mujer tiene poco más de 20 años, es sin duda una mujer guapa un poco más al promedio, su tés es blanca, ojos grandes, un ligero maquillaje le da a su cara un tono rosado y su pelo teñido de rubio lo lleva recogido debajo de su gorro blanco, la tela blanca de su uniforme de trabajo deja transparentar un poco su ropa interior. De pronto me sobresalto, la enfermera se da cuenta de mi escrutinio indiscreto y yo volteo la mirada hacia el techo avergonzado, tratando de centrar mi atención hacia los rieles o las cortinas que cuelgan de ellos - Buenos días por fin despertó ¿Cómo se siente? ¿le duele algo? - me bombardea con una serie de preguntas la enfermera.

- ¡Ah! Cof, cof , estoy bien!, digo mientras tueso tratando de aclarar mi voz disimuladamente.

- ¿Que pasó? ¿Por qué estoy aquí?, inmediatamente interrogó también a la mujer quien entendiendo un poco mi confusión me dice.

- Bueno la verdad no lo sé muy bien, pero al parecer ha sucedido un sismo y estuviste en un derrumbe y tú has sobrevivido de milagro, aún nos preguntamos como fue que sobrevivió, ya que el cuarto donde vivías colapso y habias quedado enterrado entre los escombros.

Una pregunta automática salió de mi boca- ¿Sabes si hay más personas heridas?

- Al parecer túviste la mala fortuna de alquilar el cuarto en más mal estado de la ciudad y afortunadamente eres alguien con mucha suerte, me dice mientras sonríe.

- ¡Que extraño, yo suponía justamente lo contrario que debía ser el tipo más desafortunado en este planeta - le contesto con un tono un poco sarcástico.

Mientras la enfermera continúa haciendome una revisión de rutina, continuamos la charla - Bueno tiene sentido para mí, si la estructura se encontraba en la misma situación, cómo lucía en aspecto, no tiene nada de raro que haya colapsado- continuo mientras pienso" casi muero mientras dormía o ¿Quizás estuve muerto?¡Ahora no lo se!".

Me resulta intrigante mientras más lo pienso. "¿Qué puedo yo ofrecer? o más bien ¿Cuál es el precio apagar a cambio de seguir vivo?", las preguntas siguen taladrando mi cabeza.

- Bueno quizás la vida te ha dado una segunda oportunidad y lo mejor es que de esta experiencia solo ha quedado el susto pues por lo que puedo ver estás muy saludable- me dice en tono de broma .

- si eso parece,- le contesto aclarando la voz.

- Alegrese pronto le darán de alta y podrá volver a su vida normal. Me dice mientras vuelve a sus papeles.

Bajo la mirada un poco reflexionando - Usted dijo que tengo una segunda oportunidad, ¡veré entonces que hacer con ella! - digo sonriendo mientras por dentro me digo a mismo que en mi segunda oportunidad ya me siento como indigente pues no tengo dinero, a dónde ir, ni nada.

La enfermera termina su chequeo y me dice - Bueno te deseo buena suerte en tu segunda oportunidad, ¿Ah? Y soy violeta Ramírez- y entonces me tiende la mano en forma de saludo, y entonces hago lo mismo - Daniel Seken- unos segundos dura el apretón de manos y entonces se va, en mi mente retumbaba la palabras de violeta sobre una segunda oportunidad "¿Que es una segunda oportunidad para mi?" Me preguntó mientras la veo alejarse.

Después de que violeta se fue en las próximas horas las visitas de médicos y enfermeras siguieron al final todos concluyeron en que mi estado de salud estaba excelente, y yo mismo confirmaba a cada uno de mis entrevistadores que me encontraba muy bien, En realidad no sentía ningún dolor, me sentía bastante bien, de hecho nunca me había sentido tan sano y eso puede que sea extraño, incluso para mí, sobretodo si había estado muerto o muy cerca de la muerte, cualquiera que hubiese sido el caso, ahora no sentía ninguna afección y aparentemente no tenía ni siquiera un rasguño, aún que recordaba que cuando desperté los tenía, si no fue mi imaginación debieron sanar rápidamente, casi de forma anti-natural, por lo que después de terminar las pruebas, me dieron el alta y abandone el hospital, sin un lugar a donde ir, decidí ir a mi casa "¿Quedará algo que pueda rescatar o que me sirva, quedaría alguna de mis pertenencias en buen estado" , sabía que el cuarto de alquiler se encontraba destruido y con ello mis escasas pertenencias. Aún que mi estancia en el hospital fue breve nadie me visito, claro era natural, si no tenía amigos que se hubiesen extrañado por mi ausencia y quizás me hubiesen ido a buscar, y al buscarme se encontrarían con la noticia de mi accidente,sin embargo; como me acostumbré a llevar una vida solitaria, no solía cultivar la amistad, no es que fuera antisocial o tímido, me era muy difícil confiar en las personas, y preferiría la comodidad de una vida tranquila, aún que para la mayoría fuera un desconocido.

Caminando a la terminal de camiones, en circunstancias muy distintas hasta hacia dos días, me doy cuenta que es la primera vez que no llevo prisa, y me doy el tiempo de ver a la gente moverse a mi alrededor, observar las mercancías de algunos locales, los colores, los olores todo me parece una novedad, cuando estoy llegando a la parada de camiones, reviso mis bolsillos, aún tengo unos cuantos pesos, así que decido ir primero a ver con mis propios ojos que fue lo que sucedió y después iré a buscar donde poder quedarme y también debo presentarme en mi trabajo para saber si todavía puedo regresar a trabajar, abordo el camión que a está hora se encuentra lleno y busco con la mirada un lugar para sentarme.