CAPÍTULO 118

En la noche de otoño, la frescura se va haciendo más intensa.

El viento soplaba a través de la ventana, Kendall estornudó y se levantó para cerrar la ventana.

Justo cuando cerró la ventana, sintió una chaqueta negra sobre sus hombros, y la chaqueta olía a Damien.

Se giró para ver a Damien acercarse.

—¿Por qué te despertaste? —Kendall estaba un poco sorprendida.

Ella ya caminaba con mucho cuidado, temiendo alarmar a Damien.

—Insomnio —Damien lo resumió brevemente, colocó el cuaderno frente a él, entrecerró los ojos hacia Kendall, y dijo en un tono algo frío—. Tu mano solo lleva unos días, ¿así que quieres entrenar con pesas, verdad?

Este idiota realmente no sabe cómo tratarse a sí misma preferentemente.

Kendall se sorprendió por las palabras e intentó refutar algo, pero Damien la interrumpió.

—Cuéntame sobre la trama —Damien hojeaba sus tramas anteriores.

—El protagonista acaba de fundir hierro —Kendall dijo su trama siguiente.