También era una chica que necesitaba que otros cuidaran de ella.
Solo que nadie nunca se había ocupado de ella, por lo que solo podía ponerse una armadura para protegerse, para no quedar amoratada por todo el cuerpo.
Y al final, resultó ser un lugar que provoca el desagrado del hombre que ama, qué ridículo.
—No estés triste por un hombre que no lo merece, tú mereces algo mejor —Kendall consoló con una voz cálida. Aunque Alicia es su aprendiz, Alicia es una estrella en ascenso en el campo de la cirugía cardíaca en Rosemont.
Su actitud hacia la medicina es tan pura como la actitud de Susan hacia el baile.
Una mujer así es un tesoro raro.
—Maestra, por favor no me alabes —Alicia sonrió con amargura—. No tengo méritos aparte de ser la heredera de la familia de Alicia y tener un poco de habilidad médica.
Alicia es muy consciente de sí misma.
Su apariencia es bonita en el mejor de los casos, no tan buena como la de su hermosa hermana Franco.