CAPÍTULO 324

Damien frunció el ceño y no tenía ni idea.

Lo mismo hizo Kendall.

Al mismo tiempo, en una casa de alojamiento.

Un joven con una camiseta de graffiti suelta se apoyaba en la barandilla del balcón para fumar, sosteniendo una media botella de cerveza colgando en la otra mano, mirando las luces en el techo y exhalando humo fétido.

Es de ascendencia asiática, con rasgos faciales atractivos y un lunar rojo en el lado izquierdo de la barbilla, lo que le da un estilo diferente, lleno de frescura juvenil.

Pero el dueño del lunar dejó caer los párpados, luciendo desganado y decadente.

Su rostro y labios también estaban ligeramente pálidos, como si hubiera estado herido.

Bell – suena el teléfono.

El joven dejó la botella de cerveza en la mesa y entró en el dormitorio a buscar su móvil. Una máscara de payaso risueño roja sobre un fondo blanco estaba tirada al azar en el suelo del dormitorio.

En su mochila negra saca un teléfono móvil... no este.