CAPÍTULO 398

Kendall sabía cuán devastada estaba Phoebe en ese momento, pero las heridas en su cuerpo tenían que ser tratadas lo antes posible y documentadas como evidencia.

Suavizó el tono de su voz, sus ojos amables y pacientes. —Phoebe, déjame ver.

Esta dulzura rompió las defensas de Phoebe. Lentamente, aflojó el agarre sobre la manta, permitiendo que Kendall la levantara y revelara las impactantes cicatrices en su cuerpo.

Los oscuros ojos de Kendall se encendieron de ira, sus puños se cerraron involuntariamente. Tomó una respiración profunda, obligándose a recuperar la compostura, su expresión se volvió nuevamente gentil.

—Necesitamos tomar algunas fotos de las heridas como evidencia, ¿de acuerdo?

Phoebe se encogió, negando con la cabeza frenéticamente, lágrimas llenando sus ojos.

—Kendall, no quiero demandar —Phoebe tartamudeó, su voz ronca por la desesperación.