Kendall probablemente entendía por lo que estaba pasando Mateo.
Años de vida militar le habían dado un sentido de seguridad y dirección. Pero después de dejar el ejército, se sintió como una paja flotando en un río, perdida e insegura de a dónde ir.
Muchos veteranos retirados experimentan esta sensación de desorientación en las primeras etapas de la vida civil.
Mateo, sin embargo, estaba aún más afectado. Su personalidad era anticuada, su pensamiento rígido, y era más inocente que la mayoría. El golpe emocional lo golpeó más fuerte que a otros.
Por eso se aferraba desesperadamente al único lugar que lo hacía sentir seguro y en casa.
—Felicidades por quedarte en el ejército. ¿Quieres algo de comer? —preguntó Kendall suavemente.
—Mm. —Mateo asintió.
Sintiendo la incomodidad en el aire, tentativamente le hizo a Kendall algunas preguntas:
—¿Por qué se unió al ejército?
—¿Por qué era tan fuerte?
—¿Había recibido entrenamiento militar antes?