Su propio Paraíso

Los ojos de Valen no podrían abrirse más, aunque lo intentara. Pero deseaba que pudieran, ya que quería captar todo de una sola vez en su visión.

¿Cuándo fue la primera vez que vio un parque de atracciones?

Ah, sí—fue en una película familiar. Era brillante, colorido, y para un niño como él, parecía un paraíso. Al ver lo feliz que estaba el niño en esa película, yendo con sus padres y hermanos, Valen estaba aún más convencido de que era un paraíso.

Porque el anciano en ese edificio alto donde las personas iban a rezar cada semana le dijo que obtendría lo que no pudo conseguir en este mundo en el paraíso.

Mientras veía la película solo en una habitación vacía del hospital, Valen pensó: «No estaba tan mal entonces, incluso si muero. La muerte no sería tan mala si pudiera pasarla con mi familia en un parque de atracciones, ¿verdad?». Y eso se convirtió en su hechizo cada vez que el dolor en su cuerpo destrozado se volvía insoportable.

Está bien, no pasa nada, no es malo.