—¡Piérdete! —Fu Yu Shen no tenía simpatía por estos estúpidos amigos suyos, especialmente Mo Shan, él fue quien se empeñó en ir en su contra y ahora que la situación estaba fuera de control, quería que lo dejara entrar al baño. ¡Pensando en lo tontos que eran ahora Mo Shan y Jiang Mingjin, incluso su vida estaba en peligro!
Al pensar en la lamentable situación en la que estaba por culpa de estos tontos, la culpa de Fu Yu Shen ya se había reducido a la mitad.
—¡Tercer maestro Fu, no puedes hacer esto con nosotros, somos tus amigos! —Mo Shan siempre había actuado activamente en contra de Fu Yu Shen, pero ver esa cosa detrás de él era como ver a la muerte acercándosele con una sonrisa, ya no le importaba su enemistad con Fu Yu Shen, lo único que quería era tener una barrera entre él y esa cosa monstruosa.