Lo encontré

Song Yan levantó la puerta trampa con la punta de su bota, tan pronto como abrió la puerta del sótano —un nauseabundo olor a sangre, orina y muchas otras cosas llegó a sus fosas nasales. Su rostro se arrugó ligeramente mientras tomaba aire y luego cerraba los ojos, se estaba preparando para la vista que tendría que ver una vez que bajara estas escaleras.

—Vamos —dijo a Fang Yanli después de abrir los ojos y empezó a bajar las escaleras una a una, cuanto más bajaba, más horrible se hacía el olor proveniente del final del sótano, sin embargo, a Song Yan no le resultaba repugnante, por el contrario, sus ojos se tornaron rojos.

Era como si ya pudiera ver la agonía y tortura por las que su padre había pasado en este lugar.

Y cuando Song Yan subió el último peldaño, estaba tan asustada de avanzar que apretaba fuertemente los dientes.