—¡Cállate! —A Song Lan le disgustaba que alguien la llamara bastarda, odiaba cuando alguien la miraba como si estuviera por debajo de ellos y en ese momento Song Yan la miraba como si fuera una existencia sucia que no merecía hablarle—. ¡Sé que estás mintiendo, debes haber hecho algo! Sé que siempre has estado celosa de mí porque papá me ama, ¡por eso te esfuerzas tanto! Song Yan, nunca pensé que fueras tan perra, ¡por venganza me estás degradando así! Puede que me haya equivocado, pero eso no cambia el hecho de que fui engendrada por padre.