Veo cómo es

Ji Yuyan se volvió pálida, no sabía qué hacer más. Sus tarjetas habían sido rechazadas y por lo que podía ver su padre tampoco iba a ayudarla, por eso en ese momento no podía pensar en nada.

Se giró para mirar a la mujer que estaba a su lado y después altivamente levantó la cabeza mientras intentaba calmar su corazón, que latía tan violentamente, y dijo con voz nebulosa —Ya no tengo ánimos de seguir comprando, tú puedes pagar lo que quieras y podemos irnos. Hay algo importante con lo que tengo que lidiar en mi familia en estos momentos.