Chen Chu Chu no dijo nada, ella tampoco quería seguir pegada a Fu Shu Chang, solo ella sabía lo difícil que había sido mantenerlo junto a ella. El hombre, aunque la escuchaba en silencio, era muy resistente a sus persecuciones, la ayudaba en su trabajo e incluso dejaba que lo arrastrara por el recinto militar para que todos los vieran juntos, pero cuando se trataba de acercarse más, el hombre era muy resistente y terco.
Todavía recordaba cómo la echó de su cama cuando intentó meterse en ella. La miró fríamente y murmuró:
—No puedo hacer nada contra ti desde que tienes mi línea de vida en tus manos pero no pienses que dejaré que hagas lo que quieras tampoco.
En ese entonces ella estaba tan furiosa que quería matar a Fu Shu Chang, pero cuanto más terco era él, más lo quería ella.