—Lu Yizhou respiraba entrecortadamente, cada célula de su sangre rebasando el punto de ebullición. Con Moshe lanzándole semejante provocación, ¿cómo podría resistirse? Se retiró un poco para poder subir las piernas de Moshe sobre sus hombros, con la intención de abrirlo con su lengua y aflojar los tensos músculos. Pero entonces, al mirar hacia abajo, vio que el orificio de Moshe brillaba con líquido claro, ligeramente hinchado en el borde... —La sorpresa golpeó a Lu Yizhou como un trueno y aspiró aire frío—. Tú
—Moshe sonrió con suficiencia, tan complacido que sus ojos formaban media luna. El pecho de Lu Yizhou se agitaba, sabía que Moshe lo había situado exactamente donde el hombre quería. Pero ahora mismo... ni siquiera podía importarle. Lu Yizhou había relegado todo pensamiento lógico a su cerebro reptiliano y el único pensamiento que se repetía en su mente era 'Voy a morir, definitivamente quiere matarme'. —¿Te preparaste? —dijo con voz ronca e incrédula—. ¿Para mí...?