—Inyecté mi poder de bruja en mi habilidad personal. Para ti, esta será la llama infernal que sellará tu destino —dijo Lu Yizhou con una sonrisa fría y despiadada mientras sus palmas comenzaban a arder en llamas y un brillo peligroso destellaba en sus ojos plateados.
Dejar a Baines arder en la llama eterna era el mejor final que Lu Yizhou podía imaginar para un insecto atroz como él.
Lu Yizhou estaba seguro de que su plan era infalible, pero entonces fue tomado por sorpresa cuando Baines de repente echó la cabeza hacia atrás y rió. Aunque su expresión se retorcía de dolor, sus ojos turbios estaban alegres. El corazón de Lu Yizhou se hundió instantáneamente.
—Oh... humano tonto. ¿Estás seguro de querer hacer esto? ¿Por qué no miras detrás de ti? —dijo Baines con una expresión que se retorcía de dolor, pero con ojos turbios alegres.