Este reencuentro fue tan emotivo que ambos necesitaron unos momentos para recomponerse. Aun así, no estaban dispuestos a separarse el uno del otro. Cuando Zeke calentaba agua, Lu Yizhou se quedaba de pie detrás de él y pasaba su brazo sueltamente alrededor de su cintura. Cuando Lu Yizhou iba al baño a lavarse la cara, Zeke se drapaba sobre su espalda y actuaba como una lapa sin hueso. Conversaron sobre cualquier cosa que viniera a la mente. Habían pasado por demasiadas cosas juntos, pero no fue hasta que Zeke recuperó su memoria que pudieron discutirlo más a fondo.
Yacían juntos en la cama, con Zeke apoyándose en su hombro y los dedos de Lu Yizhou jugueteando con su largo cabello.
—¿Qué pasa con Ellie? —preguntó Lu Yizhou de forma tentativa—. La última vez, dijo que se iba a dormir y solo dejó un breve mensaje para Ella. ¿Está bien?