Li Zhu se tapó la boca con ambas manos, cortando el grito abruptamente. Estaba temblando terriblemente y sus ojos estaban abiertos de terror. Incluso el humo nocivo en el aire no pudo hacerle desviar la mirada de la escena frente a él.
—¡Zombies, son zombies!
Li Zhu no era un extraño para estas criaturas que habían aterrorizado a todos durante estos últimos meses. Sin embargo, ¡nunca había visto tantos de ellos reunidos en el mismo lugar! La visión de ellos apiñados como sardinas, mirándolo hacia arriba con rostros sangrientos y sin expresión era tan aterradora que le enviaba escalofríos paralizantes hasta el cuero cabelludo. Li Zhu retrocedió un paso y tropezó con sus pies, cayendo de culo en el suelo.
—No... —Lágrimas inundaron sus ojos mientras su expresión se tornaba afligida. El entorno era tan caluroso que casi asfixiaba, pero en ese momento, Li Zhu sintió como si lo hubieran arrojado a un sótano helado.
—Entonces, algo más aterrador sucedió.