Ahuyentando el Mal

En la tercera noche de vacaciones, Tuss llevó a Yuri de regreso a la mansión, no a su residencia habitual, sino a un edificio diferente.

Al mirar la imponente estructura semejante a una columna frente a ella, Yuri abrió los ojos de par en par y preguntó —¿Cuándo se construyó esto?

—Hace un mes —respondió Tuss—. Se terminó de construir hace cinco días.

Sorprendida, Yuri preguntó —¿Cómo no lo noté?

—Siempre estabas dormida cuando regresábamos, por supuesto que no lo notarías —dijo Tuss con resignación.

Yuri reflexionó. Efectivamente, desde hace algún tiempo, siempre se quedaba dormida en el camino de regreso y también al salir. No había prestado mucha atención a los cambios en la mansión.

Tuss puso su brazo alrededor del hombro de Yuri, sintiéndose un poco ansioso y también emocionado —Vamos a entrar a ver si te gusta.

Yuri levantó una ceja. ¿Podría estar preparado para ella?