Yuri y Tuss pasaron medio mes agotador en la frontera.
Después de derrotar al último de los insectoides, Yuri se desplomó en su mecha, completamente agotada de energía.
—¿Yuri?
—¿Sargento Yuri?
—¿Oficial Yuri?
Voces preocupadas resonaban desde el canal de comunicación público.
—Estoy bien... solo recuperando el aliento —respondió Yuri, sonando completamente drenada.
Al oír esto, el equipo soltó suspiros colectivos de alivio. Una voz intervino:
—Casi pensé que nunca te cansarías.
Todos estuvieron de acuerdo. Después de todo, por medio mes, habían estado trabajando a todas horas, durmiendo solo cuatro horas al día y pasando el resto luchando contra insectoides. Solo Tuss podía seguir su ritmo.
—Los mecha necesitan mantenimiento, y yo necesito descansar. Alguien, arrástrenme de vuelta —ordenó Yuri, sin querer moverse más.
Tan pronto como sus palabras se oyeron, otro mecha rojo-verde se acercó, tomándola de la mano y volándola de regreso a la nave.