Después del nacimiento de sus ocho hijos, la vida de Yuri y Tuss se había vuelto mucho más ajetreada. Afortunadamente, contaban con la ayuda de amigos como los Daleks. Aunque era un torbellino, podían manejar la situación.
Cuando el pequeño Yunki cumplió un año, y sus hermanos de seis meses crecían rápido, Yuri y Tuss decidieron que era hora de dejar la Línea de Defensa 458 con su tripulación.
Cuando la noticia se difundió, todos se quedaron estupefactos. —¡Los niños aún son tan pequeños! ¿Simplemente van a dejarlos?
—No los estamos dejando. Ellos vendrán con nosotros —declaró Yuri con naturalidad.
¿Qué? Todos se miraron desconcertados, pensando que habían escuchado mal.
—¿Han perdido la cabeza? —alguien se atrevió a preguntar.
Yuri torció una esquina de su boca, explicando —El médico dijo que teniendo en cuenta la salud de los niños, pueden viajar perfectamente en las mechas y naves de batalla.
—Pero, ¿qué van a hacer bebés de seis meses en una nave de batalla?