Recogido del bote de basura

Luo Huian se giró para mirar al mer que había dejado caer su bloc de escritura en la senda peatonal y alzó una ceja. ¿Pero mira eso, Liao Liqin en persona? ¿Habrá hecho algo para hacer feliz al diablo o algo así?

—¿No debería ser el cielo? —preguntó Xiao Hei mientras miraba a Luo Huian con una expresión confundida en su rostro.

—Si me encuentro con ellos es por la gracia del diablo —comentó Luo Huian sin filtrar sus pensamientos. Después de todo, ¿por qué el cielo le lanzaría una tentación tras otra sabiendo la situación de su alma?

Estaba a punto de apartar la vista y marcharse sin intercambiar una palabra con Liao Liqin ya que era más que consciente de su disgusto hacia ella, pero entonces

El sonido de garabatos resonó en sus oídos y se detuvo para ver a Liao Liqin escribiendo algo en su bloc. Al ver que el mer estaba escribiendo algo Luo Huian se detuvo.