—¡Canalla! —Este mer realmente hizo tal cosa.
—Deberías acostumbrarte a esto —Qi Yongrui la sonrió sin parecer ofendido en lo más mínimo—. Tarde o temprano tendrás que hacer más que eso. Después de todo, la paz y la comodidad de la Familia Luo reposan sobre tus hombros... —Su voz se apagó antes de que sus ojos recorrieran su cintura—. ¿O debería decir sobre tu cintura?
—No te preocupes... Te compensaré generosamente por contener tu asco y hacerlo conmigo —ofreció.
—¡Quién—quién quiere tu dinero! —Luo Huian balbuceó enojada—. ¿Crees que mi cuerpo es tan barato!?
—Por supuesto que no es barato —Qi Yongrui afirmó como si fuera ajeno a su enojo—. Solo estoy tratando de hacer que toda la situación sea beneficiosa para ti. Ya que encuentras tan asquerosa la idea de dormir conmigo, ¿no debería ofrecer algo que haga que todo este arreglo sea ventajoso para ti?
—Voy al baño —Luo Huian rodó los ojos y luego se dio la vuelta.