Una Ola Que Sacudió La Ciudad

No necesitas hacer tal cosa por mí. —Usted Ruojin levantó la cabeza y miró a Luo Huian con sorpresa. No esperaba que la mujer realmente bloqueara toda una empresa por su causa. Si lo hubiera sabido, habría detenido a Yu Xiang Qiao de quejarse.

—¿Quién dijo que estoy haciendo esto por ti? —Luo Huian se dio la vuelta y miró a la mujer con ira en su rostro—. ¡Eres tan tonta! Me moriré solo de mirarte. Alguien vino a mi tienda y molestó a mi perro; ¿cómo puedo no estar enojada? ¿Crees que puedo tragarme esta ofensa? ¡Por supuesto que no puedo!

—Así que estoy haciendo esto por mí misma y no por ti. Ya que ese hombre se atrevió a darme una bofetada en la cara, me encargaré de él. —Luo Huian apretó los dientes mientras hablaba con ira. Realmente esperaba poder darle una bofetada al hombre en la cara por arruinar todo su arduo trabajo. Había trabajado tan duro y alimentado con tantas cosas buenas a Usted Ruojin, pero ahora todo se había ido al traste.