Luo Huian curvó sus labios; miró al mer que había hablado con ella y preguntó, —¿Realmente quieres saber?
Cuando el Viejo Maestro Qin escuchó su pregunta, se enfureció. Le dijo, —¿Por qué te habría hecho esta pregunta si no quisiera una respuesta? Si te pregunto algo, es porque quiero saber la respuesta. ¿No es así de simple?
—Es de hecho tan simple, pero mi respuesta podría no ser tan simple —Luo Huian habló con una voz cantarina, lo cual irritó al Viejo Maestro Qin.
Le dijo, —Solo dinos qué quieres.
—Nada mucho —Luo Huian quería jugar un poco más, pero después de una pequeña pausa, se dio cuenta de que no valía la pena perder su tiempo con alguien como el Viejo Maestro Qin. Frunció los labios fríamente y le dijo al mer con una sonrisa en los labios—. Todo lo que tienes que hacer es firmar un acuerdo que establezca que estás rompiendo tu relación con mi hermana, y eso es todo lo que tienes que hacer.