La pregunta de Da'kea parecía resonar por el pasillo mientras yo continuaba rascando a Princess debajo de su mentón. Miré hacia el varón, sin estar muy seguro de cómo explicar las cosas. Demonios, ni siquiera sabía qué estaba pasando... lo único que tenía en mente era: «Una reina contenta no será mala».
Era un canto tonto, uno que realmente no significaba nada, pero todo en lo que podía pensar era en la Reina de Corazones ordenando a sus guardias decapitar a cualquiera que le desagradara. Y técnicamente, esta reina no necesitaría ayuda en ese asunto. La había visto hacerlo dos veces en un lapso de cinco a diez minutos.
—Estamos manteniendo a la reina Istar feliz y contenta —dije lentamente con una sonrisa en mi rostro. Miré a los cinco varones frente a mí. Al menos GA y Medianoche entendían de dónde venía. Al menos habían visto a la otra hembra en acción.