Tal como T4 predijo, llegó al hospital en el tiempo que él dijo. Ahora, estaba sentada en una sala de espera con otra mujer esperando para ver al doctor He Kai-Ming.
Había estado esperando durante veinte minutos hasta ahora y para pasar el tiempo, tomó una revista de la mesa en el centro de la sala y la ojeó. Cuando llegó al final, la dejó y se quejó a T4.
—Esto es aburrido —dijo.
—No has publicado nada en dos días; tal vez deberías hacer eso en su lugar. Hay esa foto del gran emperador cayendo de un caballo —sugirió alegremente.
—De ninguna manera —ella respondió—. ¿Estás tratando de que el emperador me persiga?
—No saben quién eres —T4 replicó.
—¿Qué más tenemos? —ella preguntó. T4 puede alabar su tecnología que no se podía hackear, pero ella no iba a tomar riesgos innecesarios como ridiculizar a la familia real.