A su lado, Muyang había esperado con curiosidad y paciencia mientras ella desprendía el cuadro sin preguntarle sobre sus acciones. Ella siempre tenía una razón para todo lo que hacía. Eso era un hecho que él entendía muy bien hasta ahora.
Su repentino interés en la subasta Hua lo había intrigado y su determinación de adquirir la bendición del loto aumentaba esa intriga. Verla sacar una pequeña tarjeta de memoria negra del interior del marco respondía todas las preguntas que tenía en mente.
No se quedaba simplemente por esta curiosidad, también quería aclarar cualquier duda persistente que ella pudiera tener sobre su supuesto compromiso anterior inexistente. No estaría satisfecha hasta que él le contara su versión de la historia.
Observó en silencio cómo sacaba el contenido de la tarjeta de memoria y cuando ella presionó el botón de reproducción en la laptop, arrastró su silla y se unió a ella para ver el metraje.