Por primera vez desde que se casó con Muyang, Chi Lian se levantó temprano al día siguiente y preparó el desayuno para llevar a su esposo.
Con la ayuda del chef, horneó unos rollos suizos con relleno de dulce mermelada de fresa. Preparó algunas crepas de cebolla y unos baozi al vapor. Finalmente, preparó café con granos de la granja virtual y lo vertió en un termo portátil.
Era la primera vez que cocinaba para él, en realidad para cualquiera, ya que no había participado mucho en la cocina desde su infancia. Desde que él intentó cocinar para ella y falló, había estado viendo muchos videos en línea y aprendiendo varias recetas.
Observó los alimentos empaquetados con orgullo en sus ojos. En su mente y para su paladar, este había sido un intento exitoso, pero como no era una experta, tenía algunas dudas.
—Chef, ¿cree que le gustarán? —preguntó por quinta vez en menos de treinta minutos.