Mientras Chi Lian dormía para recuperarse del agotamiento, Du Moxi celebraba lo que ella percibía como su inminente victoria. En ese momento, estaba empacando su ropa y pocas propiedades para evacuar su escondite y volver a su lujoso apartamento.
Mientras empacaba, coqueteaba por teléfono con Hong Yibo, contándole los detalles del juicio.
—Hermano Yibo, el abogado que contrataste para mí es excelente, deberías haber visto cómo les daba vueltas. Para cuando termine el juicio serán ellos los que me paguen y rueguen por mi regreso —cacareaba como si se estuviera divirtiendo mucho—. Por cierto, hermano, ¿fuiste tú quien consiguió para mí el contrato con Dulces Venus?
—¿Quién más estaría trabajando tan duro para mantener feliz a una pequeña zorra sucia como tú? Espero que estés lista para mí cuando vuelva, sabes lo que me gusta —le dijo Hong Yibo a Moxi.
Como una novia ruborizada, Moxi se rió entre dientes.