Rico y acaudalado son dos cosas diferentes

Como cualquier otra persona que era nueva en un lugar, Chi Lian pasó todo el viaje en coche mirando por la ventana las atractivas y concurridas calles de LA. Vio bailarines callejeros, payasos, mimos, músicos ambulantes, instrumentistas y tantas otras vistas interesantes. También notó que a la gente de aquí le encantaba sacar mucho a pasear a sus perros. No podías pasar diez segundos sin ver a un perro con correa tirando de un dueño exhausto o de un niño emocionado.

—Es hermoso, ¿verdad? —comentó Ian Smith, que se había acomodado junto a ella en el coche.

—Más que hermoso —respondió ella—. Mucha gente usa sandalias en esta ciudad. No solo las sandalias, los pantalones cortos también eran comunes tanto en hombres como en mujeres.

—Ventajas de vivir en una ciudad certificada de playa, te juro que no puedes dar dos pasos en esta ciudad sin pisar un grano de arena. Estudiaste en nuestro imperio durante un año entero, ¿no fuiste a LA ni una vez? —preguntó él.