Aunque las emociones de Chi Lian solían estar a flor de piel, Oso era todo lo contrario. Cuando ella estaba emocionada simplemente asentía con una pequeña sonrisa en los labios o se reía brevemente en voz alta. Cuando estaba feliz, brevemente levantaba las comisuras de sus labios y decía algo sarcástico. Las dos emociones que nunca se molestaba en ocultar eran la ira y el desprecio. Podías decir fácilmente cuando habías metido la pata en el trabajo si recibías una de esas miradas que decían "pierdete" y su aura era fría. Esto la hizo una gran negociadora y una astuta gerente de negocios porque tenía la habilidad de poner nerviosos a los demás. Ahora mismo, Chi Lian no podía describir apropiadamente qué emoción estaba sintiendo Oso. Su rostro estaba rígido, en algún punto intermedio entre "pierdete" y descontento. Chi Lian lamentaba haber abierto la boca para intervenir en algo que en primer lugar no era asunto suyo.