Atrévete a negar

—Pero por supuesto, abuelo, ¿cómo podríamos dejar atrás a tu encantador mejor amigo? Cuando me fui, estaba durmiendo en el apartamento, me da miedo dejarlo moverse solo ahora. No quiero otro incidente problemático —respondió ella, refiriéndose al incidente de la asado del gato.

—Sí, el incidente del asado de gato —dijo el viejo maestro con asombro y un suspiro—. Aún me sorprende hasta el día de hoy cómo un ser humano podría hacer algo tan sádico e inhumano.

—Eso demuestra que hay esqueletos en los armarios de todas las mansiones elegantes. ¿Cómo pudieron enseñarle eso a un niño de cinco años? Cada vez que veo a su matriarca en la reunión de la sociedad del té de la tarde de mujeres, siento ganas de echarla. Si no fuera tan estimada por muchas otras mujeres, lo haría —agregó la vieja señora añadiendo su propia queja descontenta.

—Hablando de la sociedad del té, abuela, ¿las damas tomaron una decisión sobre el proyecto de construcción de la carretera?