—Papá, papá, Mei-Mei jugar fútbol —le dijo ella.
—Muy bien, Mei-Mei es la mejor —respondió él.
Ella se mostró orgullosa y continuó charlando, poniéndolo al tanto de todo lo que se había perdido.
—Mami se cae y...
La niñera Fang le pasó una toallita y él le limpió el sudor del rostro suavemente mientras ella seguía hablando.
—Pequeña traidora, ¿cómo pudiste abandonar a tu equipo? —Chi Lian le dio a Mei-Mei una palmadita leve en el trasero una vez—. Hemos perdido el partido.
—Probablemente fuiste una mala jugadora, Mei-Mei debe haber cargado contigo a través del partido —Muyang defendió a su hija—. Ella acababa de anotar un gol cuando él llegó.
Chi Lian rodó los ojos y hizo un "tsk" tres veces, luego cruzó los brazos sobre su pecho y dijo:
—Si quieres ver qué tan buena jugadora soy, quítate el abrigo, remanga tus pantalones y podemos tener otro partido, papá contra mamá.