Vanessa notó que Dimitri entrecerraba los ojos, pero rápidamente arregló su expresión al captar su mirada. Sin dudarlo, se acercó a su esposo y le plantó un beso suave en las mejillas, disipando cualquier atisbo de duda que pudiera haber tenido.
—Estaba por darte una sorpresa, pero escuché ruido antes, así que no entré y miré por esa puerta cuando se quedó en silencio. Pensé que ya habías terminado la conversación y fue entonces cuando tu guardaespaldas me vio y arruinó mi sorpresa —Vanessa puso cara de desilusión pretendiendo estar decepcionada y Dimitri le sonrió.
—¿Y cuál es la sorpresa? —preguntó antes de sentarse en la silla de su oficina y tirar suavemente de Vanessa para que se sentara en su regazo.