Justo después de la ceremonia de boda, su abogado les trajo los papeles de adopción de Jayson y Jena como se había indicado, ya que eso también era parte de lo que estaban celebrando ese día. Jayson y Jena estaban justo a su lado junto con la trabajadora social y los abogados.
—Espera, un momento —interrumpió Jayson después de leer los documentos—. Hay un error en nuestros nombres aquí. Todavía dice Jayson Bell y Jena Bell y no Welsh.
Amy y Henry sonrieron a Jayson —Sí, tienes razón, vuestro apellido sigue siendo Bell y no Welsh. Queremos que conservéis nuestro apellido familiar, es el legado de mi padre y el de tu padre. También será tu legado algún día, Jayson —dijo Amy al muchacho.
—Además quiero que sepas que tú y Jena seréis los herederos de la granja y de Belloría. Nunca debió ser mía si tu padre estuviera vivo —añadió Amy.
—¿Estás segura de eso Mamá? Has trabajado duro por ello, ¿qué te quedaría si nos lo dieras? —preguntó Jayson con una voz sinceramente preocupada.