Y solo aceptó los tratos que HQ vino a hacer.
HQ se situó frente al rey zombi, su voz serena rompiendo el silencio.
—Te preguntas por qué estoy aquí ahora, después de todos estos años.
El rey zombi asintió lentamente, sus ojos brillantes mostrando un destello de comprensión.
Aunque era un monstruo, todavía le quedaba algo de inteligencia, una conexión con su vida pasada.
HQ se enderezó y miró directamente al rey. —Necesito tu ayuda.
El rey inclinó su cabeza, como si esperara más.
HQ sabía que explicar la situación a un rey zombi no iba a ser fácil.
A pesar de su inteligencia, el rey zombi todavía tenía momentos en que su cerebro parecía fallar, perdido en un letargo.
—Estoy buscando un gato azul —dijo HQ, con voz firme.
—Ha destruido varios institutos y es difícil de rastrear. Pero sé que ustedes—los zombis—tienen una vasta red. Tienen ojos y oídos en todas partes, y necesito que uses esa red para encontrarla.