—Bien —dijo Ge Chunli, su voz firme.
—No tenemos mucho tiempo. La marea está creciendo más grande a cada minuto. Necesitamos actuar rápido.
Se volteó hacia el grupo de jóvenes que estaba cerca del fondo.
Muchos de ellos estaban en sus últimos años de adolescencia o principios de los veinte, la próxima generación de individuos con superpoderes que habían sido entrenados para defender la base.
—Todos ustedes con superpoderes —dijo Ge Chunli, pasando la mirada sobre los jóvenes luchadores.
—Necesitamos su fuerza. La marea es demasiado grande para que nuestros soldados normales la manejen solos. Si no usamos todo lo que tenemos, no quedará una base que proteger.
Los jóvenes se miraron unos a otros, el miedo y la incertidumbre parpadeando en sus rostros, pero uno a uno, dieron un paso adelante, asintiendo con la cabeza en determinación sombría.
Habían entrenado para este momento toda su vida, y ahora era el momento de poner a prueba ese entrenamiento.