Su Jiyai recoge los nombres de las personas interesadas, junto con sus direcciones y prueba de identidad.
Una vez en su habitación privada, se sentó y soltó un pequeño suspiro de alivio. Pero todavía había trabajo por hacer.
—Sistema, necesito contratos para los acuerdos de vivienda. Aquí está la lista —ella llamó, su voz calmada pero firme. Agitó su mano en el aire y el papel en su mano desapareció.
—Por supuesto, Anfitrión. Generaré los contratos ahora —respondió el sistema en su tono robótico habitual.
Su Jiyai esperó pacientemente mientras el sistema trabajaba.
Después de unos momentos, el sistema habló de nuevo.
—Los contratos están listos. Pero, Anfitrión, tengo curiosidad por algo —dijo el sistema.
Su Jiyai levantó una ceja.
No era frecuente que el sistema cuestionara sus acciones.
—¿Qué es? —preguntó ella.