—¿Un cadáver? —rió a carcajadas—. ¿Alguna vez dije que quería que murieras? No dije que murieras, ¡así que no puedes morir! Aunque no eres demasiado bonita, tienes un gran cuerpo, con curvas en todos los lugares correctos, y hasta posees la Base de Cultivo del Pico del Reino del Dios Dragón. Hasta ahora, he tenido mi parte de mujeres, pero ninguna del Pico del Reino del Dios Dragón como tú —Gu Yunlei rió a carcajadas, y después de hablar, miró hacia Su Han en la Barrera de Luz.
—¿Eres tú, el Maestro de la Secta de la Secta del Fénix? ¿Su Han de la Secta de Octavo Grado? —Tu nombre es Gu Yunlei, ¿verdad? —Su Han también habló, su tono aún tranquilo.