—¡Tu Secta del Fénix ha sido irreconciliable con mi Familia Wang desde que mataste a Wang Mu! ¡Desde ese momento, te convertiste en nuestro mayor enemigo!
Wang Hong miró fijamente a Su Han, su expresión ligeramente feroz.
—Y durante el segundo desafío, actuaste de manera despreciable y desvergonzada, robando nuestras Piedras Flotantes de la Familia Wang, lo que nos impidió siquiera clasificar entre los veinte primeros. Dime, Su Han, para un odio tan profundo, ¿no debería mi Familia Wang buscar venganza?
—Tú mismo lo has dicho.
Su Han tomó una profunda respiración, como si calmara sus emociones antes de decir con voz pesada:
—¡Guardias Divinos Estrellados, sellen la arena con la Formación de la Espada de la Gran Derivación, bloqueen sus mentes con la Formación de Espada de Cabello de Nube, y con la Formación de Espada de Destrucción... maten a los de la Familia Wang!
—¿Qué?
Tan pronto como Su Han pronunciara estas palabras, Liuyun y Hong Chen quedaron impactados en el lugar.