Capítulo 810: ¡Santo cielo, mi tío!
Sin lugar a dudas, que la Secta del Fénix obtuviera un pase esta vez fue puramente una cuestión de suerte, sin ninguna interferencia externa —fue completamente determinado por el sorteo.
Así, aunque muchos se sintieron insatisfechos, enojados o incluso pensaron que la Secta del Fénix era extremadamente irritante, no tuvieron más opción que mirar impotentes cómo la Secta del Fénix avanzaba sin competir.
En comparación con las otras doce sectas, la Secta del Fénix estaba disfrutando verdaderamente de un nivel de comodidad sin precedentes.
Liuyun y los otros apenas se preocupaban por las miradas despectivas que les lanzaban, ocasionalmente uniéndose a Hong Chen para devolver las miradas hostiles con igual intensidad.
En cuanto a Su Han, permanecía tranquilo, con los ojos entrecerrados y la mirada fija en la arena.
En este momento, su principal enfoque estaba en tres facciones formidables: el Palacio de un Solo Corte, la Familia Guu y la Familia Xuanyuan.