Cuando Lin Zheng habló, no usó ninguna Técnica del Dragón. En su lugar, con su propio cuerpo, cargó hacia Lin Fan, como si… ¡quisiera usar su propio cuerpo para proteger a su hermano menor de la muerte!
—¡No…!
Sin embargo, en medio de su carga, Lin Zheng dejó escapar un grito de dolor.
Se dio cuenta de que su velocidad era muy inferior a la velocidad con la que descendía la Luz de la Espada.
Claramente, solo había cien metros entre él y Lin Fan, pero esta distancia de repente se sintió como un abismo infranqueable, como si incluso con diez años, Lin Zheng no pudiera cruzarlo.
—¡Boom!
La Luz de la Espada cayó, destellando en un instante, rasgando una enorme fisura a través del Vacío, emitiendo un rugido ensordecedor. Luego, bajo innumerables miradas atónitas…
golpeó directamente a Lin Fan.
—¡Corte!