—¡Nuwa!
Cuando escuchó este nombre, Su Han quedó gravemente impactado, y en su mente surgieron los eventos registrados en textos antiguos.
En los tiempos antiguos, el cielo y la tierra se desmoronaron, comenzó la guerra entre diez mil clanes y los seres vivos fueron devastados.
El vacío se rompió, trayendo consigo caos desolado, y alguien apareció de repente, usando la piedra divina para reparar los cielos, llamada Nuwa.
Un relato tan simple sin embargo hizo que Su Han entendiera cuán aterradora y más respetable era la mujer incomparable ante él.
La gente solo sabía sobre Nuwa reparando los cielos, pero no sabían si era verdad o mentira, ni sabían que después de reparar los cielos, el alma divina de Nuwa se desvaneció, nunca reencarnando.
Para salvar a todos los seres vivos, Nuwa pagó un precio indescriptible; desde un punto de vista personal, nadie estaría dispuesto a pagar tal precio.