—SHEN JI YUN sentía que su corazón iba a estallar. Podía sentir la mano de Luo Yan sobre su brazo, su calor parecía viajar desde allí directamente a su corazón. Y todo su cuerpo simplemente se congeló. No sabía cómo reaccionar ni dónde poner sus manos y pies. Luego, cuando Luo Yan dijo —Me encanta estar con Hermano Ji Yun—, todas sus células cerebrales dejaron de funcionar.
Amor... ¡su conejo dijo 'amor'! Aunque no estaba diciendo directamente que lo amaba, escuchar esa palabra de su boca era suficiente para volverlo loco. Por eso, su cerebro había empezado a imaginar algún tipo de escenario.
[—Mini-teatro de Shen Ji Yun dentro de su mente—]
Un chico con suave cabello negro se paró frente a él y levantó la cabeza. Sus grandes y negros ojos de flor de melocotón lo miraban fijamente. Extendió la mano hacia él y agarró el dobladillo de su camisa. Luego dijo con una voz muy dulce —Hermano Ji Yun, te amo.