—Yu Jiao quería retorcerse en su asiento al ver la manera en que Luo Ren la miraba hacia abajo —comentó el narrador—. Como si ella fuera un ratón y él un gato. Realmente no podía describir la sensación. Y luego escucharlo llamarla 'Jiao Jiao' con esa voz magnética suya casi hizo que le hormiguearan las orejas.
—No entendía por qué de repente la llamaba por su apodo —continuó el narrador—. Especialmente después del incidente del/la ropa interior/sangrado de nariz, cuando comenzó a llamarla formalmente por su nombre. Eso realmente lo prefería. Por lo menos con eso, no tendría esta sensación extraña solo porque él la llamara por su apodo.
—Ella miró hacia abajo, sin atreverse a mirarlo —recordó el narrador—. —Sr. Luo.
—Por segunda vez desde que entró en este salón, Luo Ren se quedó congelado en su lugar de nuevo —narró—. —¿Sr. Luo'? Al oír esa llamada tan formal, se dio cuenta de que en el poco tiempo que Yu Jiao pasó en su casa, ella nunca lo había llamado por su nombre.