—Bai Ze intervino rápidamente entre su primo mayor y Su Yuqi. En su interior, ya estaba maldiciendo a gritos. ¿Por qué diablos estaban esos dos peleándose otra vez? ¿Y qué demonios hacía Shen Ji Yun llevándose así a Luo Yan? Él sabía lo sobreprotectores que eran sus primos. Ahora, él era quien tenía que calmarlos. Y Su Yuqi no estaba ayudando en absoluto.
—Hermano Ren, Su Yuqi simplemente estaba diciendo que Ji Yun no le hará nada malo a Xiao Yan. Puedo garantizarlo. He sido amigo suyo por más de una década —dijo a Luo Ren antes de voltearse hacia Su Yuqi y susurrar—. Y tú, no digas nada más. Te lo ruego, por favor.