Los cuatro caminaban por el aparcamiento del restaurante cuando Luo Yan vio a su hermano mayor mirando en su dirección. Era como si sus ojos le estuvieran diciendo algo en silencio. Recordando lo que le había dicho antes, casi revolea los ojos. Pero como buen hermano que era, estaba dispuesto a darle un momento a solas con Yu Jiao.
—¡Ah! Creo que olvidé mi teléfono en el reservado —dijo de repente—. Ah Jin, ¿puedes venir conmigo?
Antes de que Luo Jin pudiera responder, ya había sido arrastrado por Luo Yan.
—¡Jiao Jiao, volveremos enseguida! —gritó Luo Yan mientras tiraba de Luo Jin.
Cuando estuvieron fuera del alcance visual de Luo Ren y Yu Jiao, arrastró a Luo Jin detrás de un coche cercano. Se agachó y también hizo que su hermano se agachara a su lado. Y luego miró sigilosamente en dirección a los dos.
—Pensaba que íbamos a buscar tu teléfono —comentó Luo Jin—. Entonces, ¿qué estamos haciendo exactamente aquí?
—Estamos siendo buenos hermanos —dijo Luo Yan.