—¿Deberíamos ir ahora al sitio de la tribu del zorro demonio? —preguntó Luo Yan.
Shen Ji Yun estaba frotándose el lóbulo de la oreja donde estaba el nuevo arete. Todavía podía sentir el calor de cuando Luo Yan lo tocó. Recordando lo que él dijo sobre que todo le quedaba bien, no pudo evitar sentir timidez otra vez. De repente, estaba agradecido por sus buenos genes.
Aunque realmente no había sido muy consciente de su propia apariencia, si su conejo lo encontraba guapo, entonces no había razón para no estar agradecido. Mientras pudiera tener algo que a Luo Yan le gustara, estaría más que contento de poseerlo.
—¿Hermano Ji Yun? —Luo Yan llamó de nuevo cuando notó que el otro parecía estar en las nubes.