—Hermano, no creo que Jiao Jiao tenga fiebre. Probablemente solo siente un poco de calor. —Luo Yan se giró hacia Yu Jiao—. ¿No es así, Jiao Jiao?
—¡Sí! —dijo rápidamente Yu Jiao.
No estaba segura si Luo Yan había notado que estaba incómoda, pero su intervención fue impecable. Es mejor seguirle la corriente en lugar de dejar que Luo Ren tocara su mejilla para comprobar si realmente tenía fiebre o no. Si eso continuaba, podría terminar teniendo una fiebre de verdad.
—E-Estoy realmente bien, hermano Ren —añadió.
Justo después de decir eso, casi se dio una bofetada a sí misma. Porque no sonó convincente en absoluto.
Por suerte, Luo Ren no lo notó para nada. Simplemente se sintió contento y aliviado de que Yu Jiao no tuviera fiebre.
—Entonces, ¿deberíamos subir la temperatura del aire acondicionado?
—No, no, está bien —dijo Yu Jiao, esta vez al menos sonó convincente.